La recolección de setas se ha convertido en una actividad muy popular que ha propiciado incluso el llamado turismo micológico. El aspecto principal que debe tener en cuenta el recolector de setas es el respeto por el medio ambiente. Las setas y los hongos crecen en la naturaleza y es nuestra responsabilidad cuidar de ella, respetar las especies vegetales y animales y no alterar el bosque. Es importante que a la hora de buscar las setas las respetemos, sean buenas o malas, porque tienen su función dentro de la cadena trófica de la naturaleza. Además, es responsabilidad de cada uno no dejar residuos en el campo e incluso retirar los que encontremos y no pisar las zonas con setas ya que la compactación contra el suelo afecta considerablemente a la ventilación del terreno. A lo largo de este artículo analizaremos las pautas esenciales para disfrutar del turismo micológico.
Para recolectar setas, en algunas zonas es necesario conseguir un permiso. Estos permisos, en forma de carnet de buscador de setas o de simple autorización, pueden variar tanto en precio como en temporalidad, con pases de un día o de temporada completa. Se suelen establecer también un máximo de peso autorizado de setas recogidas por persona, y de esta manera se busca regular la actividad en los bosques protegiendo y favoreciendo su desarrollo sostenible. También hay que tener en cuenta, como ya vimos en artículos anteriores, la propiedad del monte al que nos dirigimos a recolectar dichas setas.
Para la recolección de setas hay dos elementos imprescindibles:
La cesta de mimbre tiene un papel fundamental en la recolección de setas. Al tener agujeros, las esporas de las setas se dispersan por el suelo donde podrán volver a nacer de nuevo. Además, el uso de bolsa de plástico podría crear una atmósfera cerrada que desarrolle algunos compuestos tóxicos, aunque se traten de especies comestibles, “una seta buena dentro de una bolsa de plástico se podría convertir en mala”, advierten los expertos.
Otro aspecto fundamental a la hora de recolectar setas es hacerlo con un corte correcto. Con una navaja adecuada o buen cuchillo, procederemos a cortar el pie procurando no llevarnos tierra ni los micelios del hongo. Si tiene adheridas hojas o tierra, podemos retirar suavemente los mayores restos. Es importante que, tras la extracción, tapemos el agujero donde estaba la seta con la misma tierra para proteger el micelio. Tampoco debemos levantar el mantillo que protege el bosque, o levantar y rastrear el suelo.
Por otro lado, es importante respetar las setas más pequeñas hasta que produzcan esporas que garanticen su sostenibilidad y reproducción. La seta es un recurso natural, por lo que es importante recolectar de forma responsable y dejar que cumplan su ciclo biológico. Si se recogen setas que no están maduras o que no han expulsado aún las esporas, podemos llegar a estropear setales. Además, Es muy importante tener un buen conocimiento de qué setas son comestibles y qué setas no. Algunas setas simplemente no son atractivas para su uso culinario, pero hay muchas especies tóxicas que pueden resultar incluso mortales. Si no contamos con un buen conocimiento de base siempre hay que consultar a los expertos en este campo. En muchas zonas de interés micológico suele haber profesionales a disposición del público.
Recuerda que hay aplicaciones y herramientas digitales como smartbasket; app micológica que permite la identificación de setas, localización y seguimiento de itinerarios, información de setales, creación de alertas sobre el monte y mucho más.