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Recolectar setas requiere de un conocimiento. No vale ir a cualquier sitio para cogerlas y arrasar con todo. En artículos anteriores vimos los pasos necesarios para recoger setas y quiénes eran los dueños de los montes. Hoy resaltamos la importancia de saber diferenciar qué especies de setas son las que podemos consumir.

Es por lo que para la recolección de setas es de vital importancia distinguir entre aquellas que son tóxicas y las que pueden ser aptas para el consumo humano. Por tanto, cuando vayas de ruta micológica, no lo cojas todo. Es un peligro, coge solo lo comestible, y si tienes dudas déjala. Aunque una seta no sea comestible o mortal, cumple una función en el ecosistema y tienes que respetarla. Es más, biólogos recolectan setas de todo tipo para realizar estudios sobre ellos.

A continuación, vamos a ver cuáles son las setas comestibles más comunes en España para que las conozcas y sepas reconocerlas:

Champiñón silvestre (Agaricus campester): Es una de las setas comestibles más conocidas y recolectadas en España. Presenta un sombrero de color blanco que tiende hacia un tono grisáceo o rosado y con un tamaño que varía entre los 3 y 12 cm de diámetro. Sus láminas son de un color blanco rosáceo que evoluciona hasta un tono marrón oscuro a negro. aparece desde el inicio de la primavera hasta el final del otoño en prados y pastizales.

Oronja (Amanita caesarea): Es de sombrero bastante grande y de color anaranjado que tiende en ocasiones hacia un tono amarillento. Sus láminas son numerosas, anchas y de color amarillo. Estas setas las podemos encontrar a principios del otoño en plena temporada de verano tanto en bosques de encinas y alcornoques como en terrenos calcáreos, bajo castaños y robles.

Boleto cosmetible (Boletus edulis): Se caracteriza por un color variable, de tono blanquecino cuando es joven que se acaba convirtiendo en un tono pardo, marrón a medida que envejece. Además, un rasgo que la diferencia del resto de setas es su cutícula viscosa y húmeda, aunque ésta la va perdiendo con la edad. La seta boleto comestible se puede encontrar desde el final del verano hasta finales de otoño bajo frondosas o coníferas.

Níscalo (Lactarius deliciosus): Es reconocible por su sombrero convexo, quebradizo y carnoso que puede llegar a tener hasta 15 cm de diámetro. Presenta un color anaranjado-rojizo y a medida que madura aparecen algunas manchas verdes. Sus láminas inferiores son naranjas y bastante apretadas.

Esta variedad comestible aparece en la temporada de otoño y a principios de invierno en pinedas jóvenes.

Rebozuelo (Cantharellus cibarius): Es fácil de reconocer por su sombrero en forma de embudo y su color amarillento. El rebozuelo podemos encontrarlo en otoño en bosques de robles, hayas y pinos.

Trufa negra (Tuber melanosporum): Es una seta subterránea de color marrón-negro y superficie. Se recolecta con la ayuda de perros adiestrados para localizarlas y que crece en áreas de terreno calizo en las raíces de árboles como encinas, quejigos y avellanos. La recolección de esta seta se lleva a cabo desde primeros de diciembre hasta el mes de marzo.

Estas son sólo algunas de la gran variedad de setas y hongos que tenemos en España. Podemos encontrar diversas páginas web, donde encontramos guías muy completas de setas comestibles y tóxicas. Aunque siempre es recomendable hacer las rutas micológicas con un guía, de no ser así, siempre que acabes con tu cesta de setas llena, pide una segunda opinión antes de consumirla. Otra opción es utilizar la app smartbasket que puede ser de gran ayuda a la hora de recolectar setas.